Cómo y por qué muerden los perros
El comportamiento agresivo es un elemento normal de la comunicación canina, pero la agresión puede ser normal o anormal. La agresión normal suele darse después de un ritual de aviso, de modo que cada postura y vocalización tiene un significado específico. El perro avisa. Las señales que emite el perro aumentan en intensidad para transmitir una amenaza cada vez mayor y una mayor probabilidad de sufrir lesiones físicas, comenzando con gruñidos y siguiendo con amenaza de mordedura para terminar en mordedura. Estas señales agresivas están acompañadas por posturas corporales que muestran la actitud del animal: una postura baja, encorvada indica el miedo y la incertidumbre y una postura erguida en general, indica confianza y confrontación.
El comportamiento agresivo es un elemento normal de la comunicación canina, pero la agresión puede ser normal o anormal. La agresión normal suele darse después de un ritual de aviso, de modo que cada postura y vocalización tiene un significado específico. El perro avisa. Las señales que emite el perro aumentan en intensidad para transmitir una amenaza cada vez mayor y una mayor probabilidad de sufrir lesiones físicas, comenzando con gruñidos y siguiendo con amenaza de mordedura para terminar en mordedura. Estas señales agresivas están acompañadas por posturas corporales que muestran la actitud del animal: una postura baja, encorvada indica el miedo y la incertidumbre y una postura erguida en general, indica confianza y confrontación.
Antes de morder, los perros suelen mostrar signos de que están estresados, ansiosos, temerosos o en conflicto emocional. Estos incluyen:
- lamerse los labios,
- bostezar,
- levantar la pata,
- la cola se encrespa debajo del cuerpo,
- contacto visual indirecto y
- una postura corporal baja o encorvada.
En general, las mordeduras se producen sólo después de que todas estas señales han sido ignoradas y el perro se mantiene bajo presión. Pero incluso cuando la mordedura se produce, en una situación de agresión normal, ésta es controlada: se produce una única mordedura y luego el perro se retira.
Cuando el perro no avisa que va a morder
A veces todas estas señales de aviso son poco evidentes, porque el perro ha aprendido, a través de encuentros anteriores, que sus señales son generalmente ignoradas y por lo tanto inútiles. Los perros con problemas físicos o emocionales tampoco siguen este patrón.
La agresión también puede ocurrir con poca o ninguna advertencia ni provocación, e implicar un ataque sostenido con mordeduras múltiples. Estos perros representan un peligro mayor. Los perros que lanzan un ataque sin previo aviso (gruñidos, etc) son mucho más peligrosos que los que muerden solamente después de una secuencia completa de comunicación. La falta de aviso y una escalada rápida a morder pueden ser indicios de un problema de control del impulso.
Cuando los perros muerden en grupo
El riesgo es mucho mayor en los hogares de varios perros en los que se hayan dado situaciones de ataque en grupo. Cuando se sienten frustrados o amenazados, algunos perros pueden redirigir su agresión desde el objetivo a un tercer perro o a una persona cercana.
El juego no es una agresión
El juego es un comportamiento muy común y con frecuencia se confunde con la agresión, especialmente en perros jóvenes jugando con los niños. El juego puede parecer muy agresivo, causa lesiones y puede a veces ser difícil de diferenciar de una agresión real. Sin embargo, durante el juego, los perros intercalan su agresión juguetona con señales que pretenden tranquilizar a la otra persona u animal informando de que no es una amenaza lo que se pretende.
La agresión por enfermedad
El dolor, la enfermedad y la debilidad tienden a aumentar la actitud defensiva y la irritabilidad en todas las especies. Se debe asumir que cualquier perro adulto maduro que muestra un cambio brusco o poco característico en la personalidad o el comportamiento puede encontrarse mal.
¿Por qué muerde un perro?
Para averiguar por qué muerde un perro, se debe recabar información sobre:
¿Qué hacer con un perro que muerde?
Cuando un perro muerde, las circunstancias que pueden conducir a la agresión deben ser identificadas y evitadas.
El perro debe ser entrenado para llevar un bozal, para proporcionar una seguridad adicional.
Los perros que representan un riesgo inaceptable se deben sacrificar.
Las enfermedades subyacentes, si las hay, deben ser tratadas antes de tratar otras causas de la agresión.
El tratamiento específico depende de la razón de la agresión:
Un perro con la agresión territorial no debe permanecer con los visitantes sin la supervisión de un adulto capaz de controlarlo
¿Y si el perro no mejora su comportamiento?
Se considera que un perro que tiene un historial de comportamiento agresivo tiene una propensión a este comportamiento. Un perro que ha sido agresivo no puede ser considerado como "seguro" o "curado". El dueño siempre deberá comportarse de manera responsable con el fin de gestionar el comportamiento del perro de forma segura.
En la parte positiva se encuentran las mejoras muy significativas que se observan en muchos casos de agresión evaluados y tratados adecuadamente. Por ello, la alteración de la conducta de un perro agresivo a veces debe ser manejada por un especialista.
¿Cuándo se debe acudir a un especialista ante un perro que muerde?
En los casos en los que:
El riesgo es mucho mayor en los hogares de varios perros en los que se hayan dado situaciones de ataque en grupo. Cuando se sienten frustrados o amenazados, algunos perros pueden redirigir su agresión desde el objetivo a un tercer perro o a una persona cercana.
El juego no es una agresión
El juego es un comportamiento muy común y con frecuencia se confunde con la agresión, especialmente en perros jóvenes jugando con los niños. El juego puede parecer muy agresivo, causa lesiones y puede a veces ser difícil de diferenciar de una agresión real. Sin embargo, durante el juego, los perros intercalan su agresión juguetona con señales que pretenden tranquilizar a la otra persona u animal informando de que no es una amenaza lo que se pretende.
La agresión por enfermedad
El dolor, la enfermedad y la debilidad tienden a aumentar la actitud defensiva y la irritabilidad en todas las especies. Se debe asumir que cualquier perro adulto maduro que muestra un cambio brusco o poco característico en la personalidad o el comportamiento puede encontrarse mal.
¿Por qué muerde un perro?
Para averiguar por qué muerde un perro, se debe recabar información sobre:
- El objetivo de la agresión: la especie, la edad, el sexo, la apariencia, la relación con el perro (conocida y desconocida ), y lo que hicieron antes, durante y después del incidente
- Postura y comunicación: postura, vocalización, comportamiento antes, durante y después del incidente
- Situación en la que el incidente ocurrió: en el hogar , en las afueras, la presencia de factores de estrés (como el ruido)
- Presencia de otros miedos o fobias conocidas que puedan ser relevantes para el incidente.
- Agresión por miedo: cuando el destino es un individuo desconocido, la postura del perro y su comportamiento son típicos de miedo
- Agresión territorial: el blanco es un individuo desconocido que entra dentro del territorio del perro. La postura es erguida. El perro puede comportarse de forma normal, fuera de ese contexto.
- Agresión posesiva: relacionada con la defensa de la comida u otro objeto que guarda. El perro puede mostrar la postura temerosa o segura
- Agresión redirigida: ocurre cuando el perro se frustra o se castiga al mismo tiempo que muestra la agresión. La agresión se redirige a un tercero, como el propietario.
- Agresión maternal: puede ocurrir en perras con cachorros, o con pseudogestación
- Agresión entre machos
- Agresión al propietario o familia. El objetivo es una persona conocida. En los casos en que la agresión está dirigida propietario, la postura del perro y su comportamiento durante el incidente indicará su gestión motivación emocional.
¿Qué hacer con un perro que muerde?
Cuando un perro muerde, las circunstancias que pueden conducir a la agresión deben ser identificadas y evitadas.
El perro debe ser entrenado para llevar un bozal, para proporcionar una seguridad adicional.
Los perros que representan un riesgo inaceptable se deben sacrificar.
Las enfermedades subyacentes, si las hay, deben ser tratadas antes de tratar otras causas de la agresión.
El tratamiento específico depende de la razón de la agresión:
Un perro con la agresión territorial no debe permanecer con los visitantes sin la supervisión de un adulto capaz de controlarlo
- Un perro con agresividad posesiva por la comida debe ser alimentados en un área donde no se vean amenazados, y los objetos que el perro quiera proteger se deben mantener fuera del alcance de otros.
- La agresividad por miedo puede ser tratada con desensibilización y contracondicionamiento.
- la agresividad hacia el propietario o su familia puede requerir una amplia modificación del comportamiento bajo la supervisión de un especialista.
- Actualmente no existe ninguna evidencia de que la castración sea beneficiosa en los casos de agresión, y no debe ser recomendada como método principal de tratamiento. Primero, debe evaluarse la causa exacta de la agresión.
- Fármacos tales como la selegilina y fluoxetina se puede utilizar para reducir el miedo o la ansiedad, si estos son la causa emocional de la agresión. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, tales como la fluoxetina, también se puede utilizar para reducir la impulsividad en los perros que muestran una falta de señalización, o una rápida escalada en el ritual previo a la mordedura. Sin embargo, los mismos fármacos puede producir un aumento de la confianza y una desinhibición que pueden hacer que el comportamiento del perro más peligroso. Puesto que ningún medicamento está autorizado para el tratamiento de la agresión, se recomienda precaución.
¿Y si el perro no mejora su comportamiento?
Se considera que un perro que tiene un historial de comportamiento agresivo tiene una propensión a este comportamiento. Un perro que ha sido agresivo no puede ser considerado como "seguro" o "curado". El dueño siempre deberá comportarse de manera responsable con el fin de gestionar el comportamiento del perro de forma segura.
En la parte positiva se encuentran las mejoras muy significativas que se observan en muchos casos de agresión evaluados y tratados adecuadamente. Por ello, la alteración de la conducta de un perro agresivo a veces debe ser manejada por un especialista.
¿Cuándo se debe acudir a un especialista ante un perro que muerde?
En los casos en los que:
- El objetivo de la agresión es vulnerable (una persona mayor o un niño pequeño)
- Las lesiones por mordeduras han sido importantes
- El patrón de agresión es impredecible o confuso
- Cuando el comportamiento puede implicar acciones legales contra el dueño