Giardiasis.
Esta enfermedad parasitaria es provocada por el protozoo Giardia lamblia, que afecta al intestino delgado de perros, gatos e incluso humanos.
La transmisión es, principalmente, por la ingestión de agua o alimentos contaminados por quistes (la forma infectante) del parásito.
Una vez ingeridos los quistes, éstos pasan al estómago donde son activados por la secreción ácida del mismo. Dicha activación finaliza en el duodeno, donde el quiste se transforma en trofozoito, que es el otro estadío de la giardia, el cual tiene un disco que le permite adherirse a la pared intestinal. Los trofozoitos se multiplican en intestino, colonizándolo. Algunos de éstos se vuelven a transformar en quistes tras un período de 6 a 14 días.
Esta enfermedad suele afectar a perros y gatos de cualquier edad, en la mayoría de los casos sin síntomas, pero es en los cachorros donde es más común y grave, ya que se presenta como una diarrea que se prolonga en el tiempo o de forma intermitente, acompañada por pérdida de peso o retardo en el desarrollo del animal, junto con un deterioro de la calidad del pelaje.
El diagnóstico lo suele efectuar el médico veterinario, mediante un análisis de materia fecal a los animales que padezcan de diarreas continuas o intermitentes, o un lento crecimiento, acompañado por un mal estado general.
Algunos síntomas de la infección:
Diarrea con evacuaciones frecuentes, acompañada por cólicos. Deterioro del aspecto del pelaje. Problemas de crecimiento.
Giardia lamblia |
Tratamiento.
Los medicamentos que se suelen emplear en su tratamiento suelen ser: metronidazol, quinacrina o furazolidona.
Cómo trabajar en la prevención.
Debemos recordar que esta enfermedad es una zoonosis (enfermedad transmisible de los animales a las personas y viceversa). Muchas giardiasis en personas se presentaron luego de que ingresase un cachorro infectado al grupo familiar. Dado que es mejor prevenir que curar, se sugiere que todos los animales con giardías, estén o no con síntomas, sean tratados por el veterinario, así como medidas de saneamiento: evitar la contaminación fecal de los alimentos y el tratamiento del agua en aquellos lugares donde no haya un suministro municipal. El agua debe ser hervida o tratada con los desinfectantes habituales (ej. cloro) antes de destinarla al consumo.