¿Qué es la leptospirosis? Aquí la respuesta

Leptopirosis.

La Leptospirosis es una enfermedad zoonótica, ésto significa que es transmisible de los animales al hombre. La Organización Mundial de la Salud considera a la Leptospirosis como una de las enfermedades zoonóticas de mayor difusión en el mundo.

Se trata de una enfermedad infectocontagiosa producida por un microorganismo del género Leptospira, que afecta al hombre, animales domésticos (perros, gatos, bovinos, caballos, cerdos, etc.), roedores y animales silvestres (mamíferos, aves, peces y reptiles). Hay animales infectados que no manifiestan síntomas de enfermedad, a los que llamamos portadores.


La infección es más frecuente cuando coincide con fuertes lluvias, en zonas bajas e inundables y alta prevalencia de animales infectados; principalmente roedores asociados a la contaminación del ambiente.

Las leptospiras atraviesan piel y mucosas, así infectan al huésped, y se eliminan por orina. La orina con alta concentración de leptospiras es la mayor fuente de transmisión de la enfermedad. La infección se produce por contacto directo o indirecto (aguas) con la orina de infectados. Las leptospiras viven y se reproducen en aguas de ríos, lagunas, arroyos, aguas estancadas, barro y terrenos pantanosos.


  
La leptospirosis en el perro

Producida por serovares patógenas de Leptospira Interrogans, siendo los más frecuentes: canícola e icterohaemorragiae. Los gatos domésticos son raramente afectados. Los perros, son después de los roedores, los más importantes en la difusión de esta enfermedad al hombre.

leptospira
Leptospira al microscopio electrónico


El perro se infecta a partir de la orina de otro canino infectado (frecuente al olfatear y lamer los genitales de un congénere u objetos marcados con orina de otro perro) o por la orina de ratas, que se comportan como portadores sanos. Entre el 20 al 60% de estos roedores están infectados. Las leptospiras penetran a través de mucosas (bucal, nasal, faríngea) aún intactas y por la piel erosionada. Pasan así a la sangre, se multiplican, inducen un cuadro febril, afectan la coagulación, lesionan el hígado y riñón. También pueden afectar el sistema nervioso central, al ojo, sistema muscular, etc.

El curso de la enfermedad puede ser sobreagudo, con una evolución de 2-4 días y muerte del 60% de los enfermos, agudo, sub-agudo y crónico. Los animales con infección crónica suelen ser portadores asintomáticos que eliminan leptospiras por vía urinaria.

Pueden describirse tres formas clínicas o síndromes predominantes:

  • Forma hemorrágica: la más grave.
  • Forma ictérica: con hepatitis.
  • Forma renal: que lleva a la insuficiencia renal y síndrome urémico.

Pueden coexistir combinaciones de estos síndromes con predominio de uno de ellos en cada enfermo. La gravedad dependerá de el serovariedad de leptospira y su virulencia y del paciente (edad, inmunidad adquirida natural o vacunal, estados de inmunosupresión, etc.).

Signos clínicos de la leptospirosis en el perro.

Son variables: decaimiento, fiebre, deshidratación, conjuntivitis, falta de apetito, vómitos, diarrea, ictericia, lesiones bucales, etc.


Tratamiento de la leptospirosis

La enfermedad se trata con antibióticos y debe hacerse el tratamiento sintomático o de sostén: hidratación vía endovenosa, corrección de la acidosis, tratar la anemia, dar protectores hepáticos, antivomitivos, antiácidos, vitaminas, etc. El enfermo debe ser aislado, con cuidado especial a su orina, respecto del hombre y de otros perros. Se recomienda el uso de guantes de látex y la desinfección con lavandina.

Prevención.

En el perro, mediante la vacunación.

La leptopirosis una enfermedad trasmisible al hombre, por lo tanto, la vacunación en los animales, y el control y erradicación de roedores es muy importante en el trabajo preventivo.

  
Leptopirosis humana.

Se puede presentar como casos aislados o brotes epidémicos de magnitud variable. El espectro clínico es muy amplio, que va desde una enfermedad febril indiferenciada a formas septicémicas con afección del hígado, riñón, meninges y pulmones. La infección se produce a través de excoriaciones, a veces no visibles de la piel, o por penetración de las leptospiras por conjuntiva, mucosa nasal, o digestiva alta.

Los síntomas aparecen tras un período de incubación de 7 a 10 días. En el inicio los signos clínicos más importantes son: fiebre, dolor muscular e inyección conjuntival. En esta etapa que dura 2 a 5 días puede haber cefaleas, náuseas, vómitos y a veces congestión del tracto respiratorio superior. Transcurrido este período inicial, la enfermedad puede remitir, mejorar temporariamente para luego agravarse, o seguir un curso de gravedad creciente. Hay ictericia en el 60% de los enfermos; nefropatía de grado variable en el 50%, síndrome meníngeo en un 20%, afección respiratoria superior o inferior en 2/3 de los infectados, procesos neumónicos, y hemorragias en las formas más severas.

Tratamiento y pronóstico.

Tratada a tiempo, con antibióticos adecuados, el pronóstico es bueno. El índice de mortalidad es bajo.

Control y profilaxis.

Como la leptospirosis humana depende de la infección de los animales, lo importante es el control de éstos, para proteger al hombre. De ahí la importancia de la vacunación de los animales, control de roedores, evitar el contacto con aguas contaminadas, drenaje de aguas estancadas, e higiene del medioambiente.

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